«Llenémonos de la Alegría del Emmanuel»
Queridos hermanos:
Un Saludo de Paz y Bien a todos en las vísperas de la gran fiesta de la Navidad. Por este medio, quiero invitarles a fijar la mirada en el EMMANUEL, el Dios con nosotros, que es el verdadero centro y sentido de nuestra Navidad cristiana. Él es quien nos llena de la verdadera alegría y esperanza en nuestros corazones y familias.
En este tiempo tan hermoso de alegría, esperanza y amor; quizá, en algunas situaciones, podríamos estar experimentando «sentimientos agridulces» al ver que se termina el año 2024 y no hemos podido cumplir nuestras metas y propósitos que nos fijamos para este año que termina, por varias razones personales y, en su gran mayoría, por falta de oportunidades de empleo y desarrollo; una mejor atención en salud, educación, seguridad y por los grandes desafíos económicos que estamos viviendo actualmente en nuestro país que han venido a endurecer, mucho más, la calidad de vida de todos nosotros… ¿Y todo esto nos tiene que llevar a vivir en la tristeza y desesperanza? Ciertamente no.
Es aquí donde resuenan las palabras del Ángel: «No teman, les anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: les ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor> Le 2, 10-11.
Que esta sea la ALEGRIA que nos lleve a transcender todas nuestras tristezas y desesperanzas y vivamos esta Navidad con la alegría y gozo que sólo Cristo, que viene a nuestros corazones y familias, puede dar.
Vivamos este tiempo de Navidad y año jubilar siendo todos «Peregrinos de Esperanza» y portadores de Paz, Amor y Fraternidad.
¡FELIZ NAVIDAD A TODOS!
San Pedro Sula, 20 de diciembre del 2024.
+ Mons. Michael Lenihan, OFM,
Arzobispo de San Pedro Sula