Durante la semana del 4 al 8 de noviembre del 2024, los sacerdotes de la Arquidiócesis de San Pedro Sula, participaron en sus ejercicios espirituales. 31 sacerdotes del clero arquidiocesano y 3 sacerdotes de la Congregación de la Misión de la Providencia de Zaragoza y monseñor Miguel Lenihan, nuestro arzobispo, se congregaron en la casa de retiro Madre Nazaria de Siguatepeque.
Este año la temática fue impartida por el padre Ramon García Reynoso de la diócesis de Torreón Coahuila de México y coordinador de Teología Espiritual de la Universidad Pontificia de México.
El padre Ramón sintetizó la temática en tres expresiones: “A Dios le gusta comenzar, queriendo animar a cada sacerdote a que Dios hace nueva nuestra vida y ministerio; la segunda palabra sería Corazón sacerdotal, como el núcleo más profundo de la identidad sacerdotal, un corazón que necesita convertirse, que necesita siempre volver al Señor y, tercero, el Evangelio de San Marcos donde un sacerdote encuentra un fundamento sólido para su seguimiento de Jesús para ejercer el ministerio de la caridad pastoral y la fraternidad sacerdotal”.
En cuanto a la formación del clero enfatizó que es de importancia vital, es como la respiración, si no respiramos nos morimos, por eso siempre hay que renovarse, “venimos a descansar, a cargar pilas, a refrescar nuestra oración, nuestro encuentro con Jesús y nuestro encuentro con los hermanos, esto siempre nos dispone para un mejor servicio en las comunidades”.
El padre Héctor Banegas, responsable del Clero Arquidiocesano, expresó: “los Ejercicios Espirituales se ofrecen como una oportunidad para que, como sacerdotes apartados de las actividades diarias, renovemos nuestra amistad con el Buen Dios que por amor nos ha llamado y para revitalizar el espíritu, la fe y la alegría de servir”.
Por su parte el padre Marvin Guerra comentó que la semana de Ejercicios Espirituales 2024, ha sido un tiempo oportuno para reflexionar en la experiencia de amor de Dios Trinidad. Sentirme amado, misericordiado y renovado por ese amor que me invita a ser evangelio viviente entre mis hermanos sacerdotes y en la comunidad cristiana. “Como sacerdote y como cristiano he tomado conciencia de lo importante que es renovar el amor primero, para revitalizar el don de la vocación. Una semana de gracia para volver a preguntar a Jesús: Maestro, ¿dónde vives? Y escuchar de su voz: “Ven y lo verás” concluyó.
De igual manera el padre Josué Dany Hernández, vicario general, comentó que “los ejercicios espirituales de los sacerdotes no deben ser un paréntesis en nuestra vida (nada es un paréntesis), sino la oportunidad de encontrarme con la vida al descubierto ante la Santísima Trinidad que me conoce y me ama. Es llenarnos de fe y esperanza, pues estoy en el centro del corazón de Dios y gracias a ese amor trinitario vivo seguro en su luz. Es su Palabra la que me alimenta y me acompaña para ser signo visible de ese misterio luminoso de la Santa Trinidad. Un retiro en comunión con los hermanos sacerdotes y con las parroquias que han orado por nosotros es siempre de mucha bendición para uno”.