La Arquidiócesis de San Pedro Sula está de fiesta porque el sábado 1 de marzo a las 9:00 am en la Catedral Metropolitana San Pedro Apóstol, fueron ordenados cuatro nuevos diáconos.
La catedral estaba llena, desde muy temprano familiares y amigos llegaron de varios lugares para acompañar a los seminaristas.
Noé Hernández Hernández, Bryan Eusebio Guerra Estevez, Jason Guerra Estevez y Dixie Ballesteros Hernández recibieron el sacramento del orden en el grado del diaconado por imposición de manos y oración consecratoria de nuestro arzobispo Miguel Lenihan.



La Eucaristía fue oficiada por monseñor Miguel Lenihan y concelebrada por el cardenal Óscar Andrés Rodríguez, monseñor Ángel Garachana y el padre Josué Dany Hernández.
El padre Francisco Sánchez quien acompañó a los seminaristas en su formación en el Seminario Nuestra Señora de Suyapa los presentó e hizo la petición de ordenación manifestando: “doy testimonio que han sido considerados dignos” a lo que monseñor Miguel contestó: “con el auxilio de Dios y de Jesucristo, Nuestro Salvador elegimos a estos hermanos nuestros para el Orden de los Diáconos”.



En su homilía monseñor Óscar Andrés Rodríguez expresó: “Felicidades queridos seminaristas, felicidades laicos que han orado tanto por este momento, ese Buen Pastor al que hemos invocado en el Salmo 22, es el que quiere asociarnos a su ministerio pastoral y que siempre caminará junto a ustedes, nada ni nadie les separará del amor de Cristo, el siempre reparará sus fuerzas cuando sientan el cansancio, no olvidemos hermanos que este Ministerio surgió porque los apóstoles tenían en su corazón la enseñanza de Jesús que fue la recomendación que hicieron a Pablo y a Bernabé “No se olviden de los pobres” desde entonces la Madre Iglesia no ha dejado nunca de vivir este mandato”.
“Queridos diáconos, si en algo deben destacarse es por su servicio a los pobres, no solo de pobreza material sino también espiritual, a los excluidos, marginados, alejados, a los que tienen hambre y sed de justicia, a tantos jóvenes que buscan sentido en sus vidas y no encuentran más que violencia, desprecio, falta de oportunidades, no se olviden de los pobres”.



El Cardenal dijo que en el evangelio proclamado “es el Señor Jesús quien se define como un servidor, como un diácono para llevar a cabo todo lo que el Profeta Isaías había anunciado, hoy se cumple esta escritura que acaban de oír, con su predicación, con sus catequesis, sobre todo con sus testimonios queridos diáconos traten de hacer realidad esa palabra de Jesús”.
“El Señor en el evangelio describe el servicio del diácono con una frase muy sencilla como nos lo ha dicho el Papa Francisco hagan el bien y sin esperar nada a cambio, ustedes queridos amigos se consagran para ser en el ministerio escultores y pintores del rostro misericordioso del Padre, testigos del misterio Dios Trinidad. Diáconos en una Iglesia Sinodal, una Iglesia Misionera, sean testigos de la esperanza” concluyó monseñor Óscar.
Seguidamente, inició el rito de ordenación y los seminaristas fueron llamados por monseñor Miguel para dialogar con ellos y tomar sus promesas.
Después de la oración de las letanías, los elegidos recibieron el orden de diaconado por imposición de manos y oración consecratoria del arzobispo.
La Eucaristía continuó teniendo como testigos a todo el pueblo de Dios que aplaudió con gran alegría a los cuatro nuevos servidores del altar que dentro de algunos meses serán ordenados sacerdotes.
En nombre de los nuevos diáconos Bryan Guerra dijo el Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres “Así como el Salmista, expresamos nuestra gratitud a Dios por llamarnos al orden sagrado del diaconado, Dios en su infinita misericordia sigue eligiendo a los que él quiere y poniéndoles al frente de su Iglesia y así continuar la construcción del Reino de Dios aquí en la tierra, la vocación nuestra que un día germinó en nuestros corazones y que ha ido creciendo con la gracia de Dios, entre aciertos y dificultades, pero sobre todo de la mano de Dios nos ha acompañado y permitió que llegase este momento solemne, gracias al seminario, a las parroquias y al seminario mayor, a nuestra familias parte fundamental agradecemos sus oraciones y de manera especial a nuestro arzobispo Miguel Lenihan. Nunca se olviden de orar por nosotros”.
















