La semana del domingo 25 de agosto al primero de septiembre es dedicada a nuestros hermanos migrantes y refugiados, es por eso que Radio Luz a través de su boletín semanal Buen Amigo publica una pequeña entrevista de las dos casas migrantes que existen en nuestra Arquidiócesis y un resumen de las actividades que organizó la Pastoral de Movilidad Humana junto al sacerdote responsable Juan Aguiar.
San Pedro Sula, Honduras. La primera casa migrante es “Santo de los migrantes”, pertenece a Nuestra Señora de Guadalupe de La Lima, está ubicada en la colonia Sitraterco, sector cinco, antigua escuela Santa Rosa de Lima, está a cargo de Idalina Bordiñon.
Actualmente están mejorando partes de la edificación en colaboración con los estudiantes de la universidad Politécnica de la Lima, el apoyo de la ONG Visión Mundial y los estudiantes de la escuela La Lima, quienes están trabajando la tierra, sembrando pepinos, maíz y haciendo un experimento con el cultivo en Hidroponía.
Esta casa se limita a recibir solamente los hondureños retornados por vía aérea que no pueden llegar a sus lugares de origen por diversas razones. La finalidad es acoger, acompañar, al que llega con necesidades de alimentación, un lugar para descansar, adquisición de documentos, acompañamiento psicológico y de salud física, integración laboral a los que buscan quedarse en el país.

La segunda casa migrante es San Juan Bautista Scalabrini, pertenece a la parroquia Nuestra Señora de Lourdes, Choloma. Aquí está a cargo Maynor Ocampo, coordinador de la Pastoral de Movilidad Humana, quien nos expresó que la mayoría de migrantes llegan en busca de descanso en horas de la noche. Aún la casa no ha sido inaugurada, porque le hace falta implementos básicos, sin embargo, los servidores de esta pastoral los reciben y los atienden. Cualquier ayuda pueden hacerla llegar a la oficina parroquial Nuestra Señora de Lourdes o en la casa del migrante en horario de 2:00 pm a 5:00 p.m. o comunicándose al 32389080.
Ambas casas migrantes necesitan del apoyo tanto humano como económico para poder continuar recibiendo a los migrantes de tránsito y de paso.
