También peregrinó la Vida Consagrada de nuestra Arquidiócesis
La parroquia Nuestra Señora del Carmen de Cofradía realizó su peregrinación jubilar el sábado 31 de mayo, los fieles de las 57 comunidades parroquiales de las zonas urbanas y las rurales del Merendón se congregaron en la Plaza las Banderas para caminar hacia catedral acompañados de sus sacerdotes de la congregación Agustina.
Flameando banderines de colores azul, verde y amarillos que identifican los tres sectores parroquiales, los fieles peregrinaron a la catedral metropolitana San Pedro Apóstol donde el sonar de las campanas anunciaba su llegada.




El párroco Luis García solicitó a monseñor Miguel “En nombre de nuestra Iglesia particular le pido nos reciba en comunión de la fe, del amor y de la esperanza, venimos en peregrinación con alegría y esperanza, queremos cruzar la puerta de nuestra catedral como signo de fe en Dios Padre.”
Nuestro Arzobispo dio la bienvenida a la parroquia y a la Vida Consagrada de la Arquidiócesis. “Les doy gracias por el esfuerzo para recorrer el camino que los trae hasta aquí, pero sobre todo les agradezco el camino espiritual que han recorrido, camino de conversión, comunión y de renovación misionera y caridad fraterna. Los invito a entrar por esta puerta de la esperanza y los invito a unirnos en asamblea litúrgica para celebrar los divinos misterios.”
La misa, que congregó a numerosos fieles, inició con la tradicional bendición del agua que evoca el bautismo y la unión de los creyentes en Cristo.
En su homilía monseñor Miguel dijo que la peregrinación es un encuentro con Jesús sacramentado, un momento de oración “hoy ustedes han venido para encontrarse con Jesús sacramentado, con Jesús misericordioso. El año jubilar no solo se limita a la peregrinación, estamos invitados a practicar las obras de misericordia, a orar por la Esperanza, para ver los frutos del año jubilar tenemos que orar todos los días en espera de un mundo nuevo transformado por el Señor, una Honduras nueva con dignidad, trabajo y derechos fundamentales. Sigamos orando por esos frutos del jubileo.”



Monseñor Miguel dijo que esta peregrinación se da en la celebración de la fiesta de la Visitación y recordó que María siempre ha sido la gran peregrina. Recordó que esta gran misionera llevó a Jesús a Isabel, por eso San Juan Bautista saltó de alegría en el vientre de su madre. ¿Cuál es nuestro trabajo como misioneros?, es llevar a Jesús a nuestros hermanos. María nos invita a ser hospitalarios y caritativos, a crear espacio para Dios en nuestra Vida.
Antes de la bendición final, Fray Luis agradeció a monseñor Miguel por recibirlos con afecto en la catedral que es la casa madre de las 37 parroquias de la Arquidiócesis “gracias hermanos por hacerse presentes con júbilo, alegría y con la esperanza de una Honduras mejor, gracias también al diácono Jasson Guerra Estevez, al seminarista Félix Hernández y a los frailes Iván Fernando Villalta, Fray Héctor Izaguirre, Fray Javier García.





