Mensaje de la Conferencia Episcopal de Honduras
Los Obispos de la Conferencia Episcopal de Honduras (C.E.H.), en este Tiempo de Cuaresma, saludamos a todo el pueblo hondureño, transcurridos varios días desde los preocupantes hechos del domingo 09 de marzo de 2025. Con toda la población, nos sentimos indignados, pero a la vez admirados. Indignados con lo que muchos califican de boicot a las elecciones primarias, pero sobre todo admirados del pueblo hondureño y su firme convicción democrática. Corresponde a la justicia realizar una investigación seria y deslindar con prontitud las responsabilidades correspondientes, por el retraso en la llegada de las maletas electorales a cientos de Centros Electorales, particularmente en el Distrito Central y en San Pedro Sula, las dos más grandes concentraciones de “carga electoral”. Si esos hechos han supuesto una injusta ofensa a la democracia, esperamos que la explicación de éstos no suponga una ofensa —más grave aún— a la inteligencia del pueblo hondureño. Un pueblo que cree en la democracia, no como instrumento al servicio de unos pocos, sino como expresión de la voluntad de amplias mayorías, conforme lo expresa nuestra Constitución. Estamos, por tanto, admirados gratamente de la ciudadanía que esperó por horas para ejercer su derecho al voto, mostrando un gran sentido patriótico y una gran valentía. Podemos llamarles “los héroes del 09 de marzo”. Los votantes hondureños se han convertido en ejemplo mundial de un pueblo dispuesto a defender sus derechos constitucionales de manera pacífica, perseverante e inteligente: merecen respeto y agradecimiento, y no agravios como los del pasado domingo electoral. El mensaje de los votantes es claro: no a la manipulación de la voluntad popular, sí a un proceso electoral libre y transparente. Nos corresponde a los hondureños salvaguardar nuestra democracia, lo sabemos y debemos ser consecuentes. Los Obispos de Honduras hacemos un llamado a las personas e Instituciones encargadas de garantizar, por ley, el que las próximas elecciones generales se desarrollen en paz y con transparencia. Pedimos que todos los organismos implicados funcionen con diligencia y responsabilidad, sin dejarse manipular, rindiendo honor al fiel cumplimiento del deber, conforme se espera de todos los buenos hondureños y hondureñas. Con nuestra bendición pastoral y las súplicas al Señor por nuestra Patria, implorando el auxilio materno de Nuestra Señora de Suyapa, “Madre y reina de nuestra nación”, pronunciamos nuestro voto de esperanza en una Honduras mejor. Ciudad de Tegucigalpa. 14 de Marzo de 2025.