Por: Fray Martín Eduardo Illescas Hernández, O.P.
Comisión Arquidiocesana de Pastoral Educativa
Responsable de la Pastoral Universitaria
La Universidad Católica de Honduras se encuentra bajo el patronazgo de Nuestra Señora de la Paz y cada uno de los 11 campus, están bajo la protección de un Santo o de alguna otra advocación católica. En San Pedro Sula es San Pedro y San Pablo. En su fiesta de la Virgen Reina de la Paz, celebramos gozosos la Eucaristía presidida por el Arzobispo, Mons. Michael Lenihan OFM.
Fiesta de la Virgen Reina de la Paz
El 24 de junio de 1981 la Santísima Virgen se apareció a seis jóvenes en el pueblo de Medjugorje (Yugoslavia). Al principio la Virgen dijo: “YO SOY LA REINA DE LA PAZ” y el primer mensaje que dio al mundo fue el de la PAZ: “El mundo con estas tensiones va por el camino de la perdición.
Madre de la Paz
Cuando la Primera Guerra Mundial ensangrentaba los campos de Europa y del orbe, el Papa Benedicto XV, para conseguir la intercesión de la Bienaventurada Madre de Dios en favor del rápido término de aquel conflicto sangriento, mandó que se introdujera en las Letanías Lauretanas una nueva advocación, que desde entonces viene rezándose diariamente por millares y millones de fieles devotos. Es la que la proclama “Reina de la paz”. Escribía el Papa el 5 de mayo de 1917 a todos los Obispos del mundo: «Como todas las gracias que el Autor de todos los bienes se digna conceder a los pobres descendientes de Adán, por amoroso designio de su Divina Providencia, vienen distribuidas por las manos de la Virgen Santísima, Nos queremos que a la Gran Madre de Dios, en esta hora más tremenda que nunca, se eleve viva y confiada la súplica de sus muy afligidos hijos […] «Elévese, por tanto, hacia María, que es Madre de misericordia y omnipotente por la gracia, desde todos los lugares de la tierra, desde los templos más nobles hasta las más pequeñas capillas, desde los palacios regios hasta las más pobres casuchas, desde allí donde haya un alma fiel, desde los campos y los mares ensangrentados, la piadosa y devota invocación [“Regina pacis, ora pro nobis” ], y llegue hasta Ella el grito angustiado de las madres y esposas, el gemido de los niños inocentes, el suspiro de todos los corazones bien nacidos. Que su dulce y benignísima solicitud sea conmovida, y sea obtenida la paz suplicada para este mundo convulso. Y que los siglos futuros recuerden la eficacia de Su intercesión y la grandeza de los beneficios por Ella conseguidos».
Y el 13 de mayo de 1917 la «Regina pacis» responde a la llamada del Papa Benedicto XV y de toda la Iglesia, y se aparece en Fátima a tres niños que juegan en una cuesta de Cova de Iría. «–No tengáis miedo… Soy del cielo… Vengo a pediros que vengáis aquí seis meses seguidos, el día 13 a esta misma hora… ¿Queréis ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos que Él quiera enviaros, en acto de desagravio por los pecados con que es ofendido y de súplica por la conversión de los pecadores? –Sí, queremos… – Rezad el rosario todos los días para alcanzar la paz para el mundo y el fin de la guerra…» Madre de la Paz El Mesías es el “Príncipe de la paz”. De Él nos dice un Salmo que “en sus días amanecerá la justicia y la abundancia de la paz” (71,7). Por eso la Sagrada Liturgia afirma que el reino de Cristo es “reino de verdad y de vida, reino de santidad y de gracia, reino de justicia, de amor y de paz”. Muy justamente, pues, la Virgen, Madre del Mesías, puede y debe llamarse Reina de la paz. Por otra parte, nuestra Señora es “Reina y Madre de misericordia”. Y como la guerra trae siempre en pos de sí el macabro cortejo de sangre y fuego, de muerte y orfandad, de hambre y peste, y, lo que es peor, de odios y rencores, las entrañas de misericordia que ella tiene no pueden menos de enternecerse cuando ve a sus hijos víctimas de dichos males, estando en consecuencia siempre dispuesta a rogar que se remedien con el eficaz y único remedio de la paz.
Ministro Extraordinario de la Sagrada Comunión
El Licenciado Daniel Alexander Cruz Leiva, Catedrático de filosofía y director de Pastoral Universitaria de la UNICAH, ha sido instituido ministro Extraordinario de la Sagrada Comunión, para el servicio pastoral de la Capilla Universitaria. El Ministro Extraordinario de la Sagrada Comunión es el representante de la parroquia que lleva amor, preocupación y oraciones de la comunidad a uno de sus miembros. Además, el Ministro Extraordinario de la Sagrada Comunión puede servir solamente a la persona recluida, o también a las demás personas que vivan en la casa.