Convertida en servidora de “los más pobres entre los pobres”, así fue Santa Teresa de Calcuta, y es que cada 5 de septiembre la Iglesia universal celebra su fiesta, y en nuestra Arquidiócesis el legado que dejó continúa presente en la congregación Misioneras de la Caridad, quienes atienden el Hogar Don de Jesús.
La celebración inició con una pequeña procesión, donde participaron bienhechores, las religiosas, familias y personas que viven en el hogar; seguidamente, inició la Eucaristía que fue oficiada por Monseñor Miguel Lenihan; concelebraron los sacerdotes José Jairo Holguín, Julián Andrés Quimbayo, Josué Álvarez y Carlos Mejía.
En la homilía, Monseñor Miguel destacó: “La lucha interna de Santa Teresa de Calcuta discerniendo lo que el Señor quería de ella, si amamos, estamos dispuestos a entregarnos a los demás, servirlos y de esta manera estamos construyendo la paz. La Madre Teresa decía que centraba su vida en dar de comer a Cristo, vestir a Cristo, cobijar a Cristo, sanar a Cristo; en otras palabras, poner en práctica las obras de la misericordia”.
El arzobispo también resaltó que lo que llama su atención como sacerdote franciscano es su humildad, su vida de oración, la capacidad de amar; ella decía amar hasta que duela, reconoció a Jesús en los pobres, su vida fue una entrega total, este fue el amor de la Santa Madre Teresa de Calcuta y su espíritu misionero; trabajó mucho en la evangelización, siguió llevando la palabra y el amor de Dios”.
En la celebración también estuvieron presentes diferentes congregaciones como las Hermanas de Jesús Buen Samaritano, las Misioneras de la Caridad y la Providencia y la Fraternidad Laical.
Al finalizar la Eucaristía, las religiosas Misioneras de la Caridad realizaron un compartir con todos los presentes.



