En la parroquia San Vicente de Paúl se llevó a cabo el 25 de octubre a las 10:00 a.m. la ordenación sacerdotal de los diáconos Emanuel Alejandro Sampang Argueta C.M. y Junior Omar Martínez C.M., de la Congregación de la Misión de San Vicente de Paúl, por oración consecratoria e imposición de manos de monseñor Luis Solé Fa.
Al iniciar el rito de ordenación, el padre José Manuel Villar, visitador de los padres vicentinos de la provincia San Vicente de Paúl España Honduras, presentó a los diáconos Emanuel Alejandro Sampang Argueta y Junior Omar Martínez ante el obispo, pidiéndole en nombre de la Santa Madre Iglesia que los ordene presbíteros. Monseñor Luis Solé preguntó: —¿Sabes si es digno? —El padre Villar respondió: “Según el parecer de quienes los presentan y después de consultar al pueblo cristiano, doy testimonio de que han sido considerados dignos. Monseñor Sole expresó: “Con el auxilio de Dios y de Jesucristo nuestro salvador, elegimos a estos hermanos nuestros para el orden de los presbíteros”.


El padre José Manuel Villar inició saludando a Monseñor Luis Solé, obispo emérito de Trujillo y a Monseñor Jenry Ruiz, obispo de la diócesis de Trujillo. También saludó al padre Tomaz Mavric, superior general de los misioneros vicentinos, a los hermanos sacerdotes, a las familias de Junior y Emanuel y a todos los hermanos presentes en la celebración.
En su homilía el padre Manuel expresó: “Hoy nuestra familia misionera vicentina está de fiesta; el Señor regala a la Iglesia dos nuevos sacerdotes; como superior provincial he tenido la gracia de acompañarlos y me siento profundamente agradecido porque detrás de este momento solemne hay una historia concreta hecha de rostros, senderos, luchas, buenos y malos momentos, pero, sobre todo, también un sendero de sueños y de donación al Señor”.
También agregó: “A Emanuel y Junior los conocí en etapas distintas de formación, cada uno con su manera de ser, con su propio ritmo, pero los dos con un deseo profundo de seguir y servir al Cristo evangelizador y servidor de los pobres, al cual nos apasiona como misioneros vicentinos. Que su vida sacerdotal esté siempre marcada por la cercanía con los pobres porque ellos son, amor y maestros, como decía San Vicente, siempre haciendo vida nuestro cuarto voto, la estabilidad, ser estables en lo que hoy comprometen su vida para siempre”.
“Emanuel y Junior, no olviden lo que les trajo hasta aquí: el canto sencillo que evangeliza, la búsqueda profunda que ilumina, el amor a Cristo y a los pobres, y que cada Eucaristía que celebren sea un canto nuevo, que cada homilía que prediquen sea un manantial de alegría y de esperanza y que su vida entera sea una misión en caridad y desde la caridad”, concluyó el padre Manuel.



El rito continuó con la interrogación de los candidatos, donde dieron su sí quiero definitivo y manifestaron su compromiso de configuración a Cristo. Seguidamente, se realizó la postración con el rezo de las letanías, la imposición de manos y oración consecratoria de monseñor Luis a los nuevos sacerdotes; luego, cada uno de los sacerdotes presentes hizo el mismo gesto. Los nuevos presbíteros fueron revestidos con la estola y la casulla; al finalizar, todos muy felices aplaudieron y felicitaron a los nuevos presbíteros.
La homilía culminó con la bendición a cada uno de los presentes y la toma de fotografías con los nuevos sacerdotes que luego compartieron en comunidad.

