San Pedro Sula fue sede del hermanamiento que este año conmemora su 24 aniversario. Durante una semana representantes que conforman las Diócesis de San Ángelo yTyler de Texas Estados Unidos y de La Ceiba y la Arquidiócesis de San Pedro Sula, visitaron la ciudad para desarrollar una apretada agenda con el propósito principal de intercambiar su experiencia pastoral.
Iniciaron con la santa eucaristía en la Catedral Metropolitana San Pedro Apóstol, el lunes 7 de julio que fue presidida por el arzobispo Monseñor Miguel Lenihan, en con-celebración de los obispos Michael Sis, Larry Droll, y en compañía de los sacerdotes de la Diócesis de La Ceiba y la Arquidiócesis de San Pedro Sula.
En la misa de apertura Monseñor brindó la bienvenida a todas las personas, considerándolos como una bendición a lo largo de estos años donde se han forjado lazos de amistad, fe y misión que nace del encuentro comunitario


El día martes los obispos y los sacerdotes compartieron la santa misa con los feligreses de la comunidad de Cristo Rey que pertenece a la parroquia El Buen Pastor, encabezada por su párroco el padre Gustavo Fuentes, la eucaristía fue presidida por monseñor Michael Sis, quien con profundo espíritu pastoral animó a continuar la misión con alegría, servicio y fe, seguidamente realizaron un compartir.
El miércoles desarrollaron diferentes actividades como la visita a la parroquia Exaltación de la cruz, en el sector de Baracoa, la presentación de la Diócesis de Tyler y por la tarde la visita a la parroquia Santísima Trinidad de Chamelecón de Chamelecón.
Finalizaron el jueves con la misa desde la parroquia San Juan Bautista, en Río Lindo, presidida por Monseñor Miguel Lenihan en su mensaje recalcó el agradecimiento a Dios por una semana de oración, reflexión, fraterna y compartir, donde visitaron diferentes parroquias “participar en el hermanamiento es vivir en familia, con pasión y tener esperanza en el futuro” concluyó el arzobispo.


El objetivo de estos encuentros destaca varios aspectos entre ellos: establecer una relación que enriquezca mutuamente, compartir las experiencias pastorales, caminar como pueblo de Dios, formando una sola familia, sin fronteras de nacionalidades, aprendiendo unos de otros, una relación recíproca de largo alcance basada en el llamado a la conversión, la comunión y la solidaridad.
El compromiso de ser hermanos y hermanas en Cristo, compartiendo los valores del Evangelio como la solidaridad, el amor, la justicia y la dignidad.
Así como también sobresalen los sentimientos de gratitud de las cuatro Iglesias locales o diócesis, por los equipos diocesanos de hermanamiento, las parroquias hermanadas ya que con cada encuentro renuevan la fe que los une en la Iglesia.
Testimonio
Ana Leticia Rivera de Velásquez es la secretaria del Hermanamiento de la Arquidiócesis de San Pedro Sula nos comparte su amplia experiencia en este caminar: Han pasado 24 años desde aquel 11 de septiembre del 2001 en el que se firmó el acuerdo de hermanamiento entre la diócesis de San Pedro Sula, San Ángelo y Tyler. En el 2012 se unió la Ceiba ya como diócesis. Hoy, después de 24 años, podemos decir que la inspiración, el documento de la Iglesia en América, en donde se nos hizo un llamado para que en el año 2001 fuéramos personas de vivir en distintas realidades, fuéramos hermanos se ha hecho realidad.


Estoy agradecida por vivir la experiencia de reconocer que podemos tener distancias geográficas, más no espirituales, nos dividen las fronteras geográficas, más no las humanas, más no las de ser hermanos unidos por la misma fe en Jesucristo, en donde desde esa experiencia de estar hermanados, conocernos, de hacer realidad ese encuentro vivo con Cristo, camino de conversión y solidaridad a la que nos llama el documento de la iglesia en América. Es lo que nos hace verdaderamente ser hermanos. Los cuatro obispos, después de estos 24 años de experiencia, se han reunido y con los representantes de aquellos que no pudieron venir enviando sus sacerdotes y representantes laicos para emprender proyectos juntos y saber que Jesucristo, el gran misionero del Padre, nos une para decir aquí estoy con ustedes hermanos. Y eso es realmente lo valioso de este hermanamiento en el que nos ha llamado el Señor, nos ha hecho encontrarnos la fe en Cristo y nos ha hecho valorar el pertenecer a la iglesia al hacerlo presente en nuestros encuentros.