El domingo 6 de julio las parroquias San Pedro y San Pablo del sector Planeta y la parroquia Emmanuel de San Manuel Cortés realizaron sus respectivas peregrinaciones en el marco del Jubileo 2025.
Los fieles de ambas parroquias, acompañados de sus párrocos Fredy Valdivieso y Matías Gómez se congregaron en la Plaza Las Banderas para iniciar la caminata que fue encabezada por la cruz, seguida del grupo de monaguillos y carteles con mensajes sobre el jubileo.
El repicar de las campanas anunció la llegada de los peregrinos a la catedral Metropolitana San Pedro Apóstol. En representación de ambas parroquias el Padre Fredy Valdivieso se dirigió a monseñor diciendo: “Hemos venido en peregrinación a la Catedral en este año Jubilar, acogiendo la invitación del Papa Francisco, consciente de que somos un pueblo de Dios peregrino en este departamento de Cortés y animados por la esperanza de alcanzar la patria definitiva, queremos cruzar la puerta de la esperanza de nuestra Catedral como signo de fe en Dios Padre, para que nos acerquemos confiadamente al trono de la gracia, nos hemos preparado con la celebración de los sacramentos, la oración y con la práctica de la caridad y pedimos en nombre de nuestras Iglesias nos acojan en la comunidad de la fe, el amor y de la esperanza.
El arzobispo Miguel Lenihan los recibió con alegría y los invitó a pasar por la puerta y a participar en la celebración Eucarística.
Luego del rito de la bendición y aspersión, cada párroco derramó agua bendita a sus fieles que la recibieron con fe y esperanza.

Monseñor explicó que el año jubilar es un año de reconciliación, un año para acercarnos a Dios en la comunión y en la eucaristía, “estamos invitados acercarnos a Dios y a nuestros hermanos, este año tenemos que vivir las obras de misericordia, ayudar a los hermanos necesitados, pobres, vulnerables y humildes. Estar en paz con Dios y con los demás. Es un año de oración, estamos invitados a orar por la esperanza, el mundo en el que vivimos carece de esperanza, queremos ser profetas anunciando la esperanza del Señor, un futuro nuevo, cielos nuevos y tierras nuevas, vivamos este año con mucha fe”. El Arzobispo también exhortó a vivir el año de esperanza en las parroquias y en las familias.


En su homilía destacó que este mes de Julio es el mes de las vocaciones y que en todas las diócesis se está orando por las vocaciones, “el señor nos dice la cosecha es grande los trabajadores son pocos, en este mes no nos cansemos de orar por las vocaciones, hay una gran necesidad. El evangelio también resalta las misiones, Cristo dice sean portadores de la paz, cuando vayan a misión, no vayamos con prepotencia, vayamos como corderos, mansos para invitar, la palabra de Dios no es una imposición, es una invitación. Cristo también nos dice hay que sanar los enfermos, expulsar los demonios, en el mundo hay muchos enfermos, encontramos a Jesús en medio de los enfermos sanando, en cada una de las enfermedades allí está Cristo. También nos da el mandato de expulsar los demonios, hoy el demonio no es un animal, hoy el demonio es alguien pequeño dentro del corazón, el odio, el resentimiento, la venganza y la falta de amor, estamos llamados a expulsar eso de nuestros corazones”.
Invito a orar por las vocaciones y a prepararse para las misiones y ser mensajeros de paz, amor y esperanza. La misa finalizó con la bendición de monseñor Miguel y el envío misionero para volver como discípulos peregrinos de la esperanza.


