Con júbilo, fraternidad y alegría los feligreses de las parroquias Nuestro Señor de las Misericordias de la colonia Satélite y la Resurrección del Señor de la colonia Sandoval Sorto en San Pedro Sula, realizaron su peregrinación el día domingo 05 de octubre, iniciando en Plaza Las Banderas y culminando en la catedral Metropolitana San Pedro Apóstol donde los recibió Monseñor Miguel Lenihan.
La feligresía llegó acompañada por los párrocos el padre Francisco Sánchez, de Nuestro Señor de las Misericordias y el presbítero Juan Fernando Serrano de la Resurrección del Señor, los monaguillos y las religiosas, la mascota del jubileo, llevaron el Santo Rosario, la cruz y la imagen del Papa León XIV.





En el atrio de la catedral Metropolitana San Pedro Apóstol, nuestro Arzobispo Miguel Lenihan dio la bienvenida a todos los fieles de ambas parroquias: “En nombre de Jesucristo rostro de esperanza en Dios, y de la Iglesia madre acogedora y casa de puertas abiertas, los recibo con alegría y agradecimiento y los acojo en esta catedral que es la Iglesia de todos los fieles de la Arquidiócesis, les doy gracias por el esfuerzo para recorrer el camino que los trae hasta aquí, pero sobre todo, les agradezco el camino espiritual que han recorrido, de conversión, comunión, renovación misionera y de caridad fraterna, los invito a entrar por esta puerta de la esperanza siguiendo mis pasos y reunirnos en asamblea litúrgica para celebrar los divinos misterios, entramos con orden sin prisas, conscientes del gesto que realizamos”.
Al estar toda la feligresía en la catedral, los párrocos procedieron a realizar la aspersión de agua, recordando el sacramento del bautismo.




Durante la homilía Monseñor Miguel resaltó: “Es edificante ver la cantidad de personas acompañándonos el día de hoy, que bonito es el año jubilar es un momento de conversión, de cambiar nuestra vida, de acercarnos a Dios y a nuestros hermanos a través de las obras de misericordia, este año estamos invitados a acercarnos a los hambrientos, privados de libertad, enfermos, a los migrantes para ayudarles y ver el rostro de Jesús, no podemos amar solamente a Dios y no amar a nuestros hermanos, también estamos invitados como cristianos a compartir la esperanza, debemos ser profetas, oremos por la paz y tengamos la esperanza que Honduras puede ser un país mejor, un país con dignidad, trabajo, igualdad y prosperidad”
Antes del recibir la bendición de salida los feligreses dedicaron un canto a nuestra madre la Virgen María y con ella presentaron la imagen de nuestra Madre Santísima. Al recibir la bendición los feligreses regresaron a sus hogares llenos de esperanza, amor y con el deseo de continuar trabajando en la viña del Señor.




